Metodología

PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DEL METODO EDMUND PARA EL APRENDIZAJE DEL IDIOMA

Interconexión del método Edmund con los avances de la Psicología y la Neurología. (Las ciencias cognitivas)

El método Edmund es un método experimental que se ha ido desarrollando en medida de que se han ido testando y valorando el efecto de distintas experiencias educativas realizadas durante la impartición de cursos de inglés. El tiempo empleado en el desarrollo del método ha sido de 6 años, todo ha sido un esfuerzo de prueba y mejora desarrollado por Edmund Bardrick, el profesor que es su ideólogo y difusor.

Las conclusiones son que el Método Edmund consigue que personas que no tenían conocimientos previos de inglés en un período de un año, con un ritmo de 4 horas semanales (2 horas, 2 días de la semana) alcanzan un nivel superior First Certificate. Este nivel conlleva una profunda puesta en práctica de estructuras gramaticales, vocabulario, expresiones, etc.

Para conseguir esos resultados se ha aplicado una metodología formativa innovadora y radicalmente diferente a las que habitualmente se desarrollan en los cursos de aprendizaje de idiomas.

A continuación, vamos a explicar la vinculación de esta metodología con los avances de la ciencia cognitiva. Estos avances nos han evidenciado cuales son las practicas (protocolos) correctas e incorrectas a la hora de establecer una metodología de formación ideal.

Introducción al estado del arte de las ciencias cognitivas

En el año 2000 Martin Seligman asumió la presidencia de la American Psychological Association (APA), en su discurso de investidura proclamó la necesidad de realizar estudios y avances en la psicología positiva, lo cual supone no sólo centrarse en la psicología tradicional que busca dar soluciones a patologías y desviaciones de comportamientos. Sino también centrarse en cómo conseguir que el ser humano tenga una vida más plena y rica de experiencias desde una perspectiva global. Desde esta fecha hasta nuestros días se han desarrollado muchos estudios y avances en esta materia. Dentro de estos nuevos enfoques psicológicos están los siguientes:

-La psicología positiva (en sí misma)

-La teoría del flujo.

-El conocimiento distribuido.

-Etc…

Hoy en día las universidades y asociaciones profesionales de psicólogos de todo el mundo están llevando a cabo cursos de formación en estas materias.

Dentro de este marco, el conocimiento humano dio un salto en 2008 cuando dos investigadores belgas (Francis Heulighem y Vidal Clement) publicaron en una revista científica el artículo “Getting Things Done. The Science Behind Stress-Free Productivity”. En este artículo los investigadores analizan que la mente humana es excelente para deducir, buscar patrones o estructuras, ponerlas en funcionamiento y utilizarlas; sin embargo, la mente humana es poco eficiente en la tarea de recordar ítems aislados sin relación entre ellos. Sí nosotros estaríamos en el portal de un edificio comercial y visualizásemos los carteles de todas las empresas que se encuentran en las distintas plantas del edificio, nos sería muy difícil recordarlas; lo más probable es que en apenas 5 minutos después de visualizarlas nos hubiésemos olvidado de todas. Sin embargo, si vamos buscando un abogado; y hay despacho de abogados en la primera planta, otro en la sexta, otro en la octava y finalmente otro en la doceava. Será mucho más fácil que nos acordemos días después de esa cuestión. La conclusión es que la memoria humana es débil, el ser humano no es bueno en memorizar; sin embargo, es muy bueno en establecer relaciones y a partir de esas relaciones recordarlas más tarde.

Las metodologías educativas inadecuadas son las que se basan en aprenderse o recordar estructuras de forma memorística. Las metodologías eficaces son aquellas que piden al alumno que no gastes esfuerzas alguno en memorizar y que establezca relaciones (patrones) y estos se van a quedar sin esfuerzo en su cabeza.

Las metodologías basadas en la memorización agotan los recursos del cerebro, y generan estrés por no poder recordar todo lo que quisiésemos; con ello disminuyen la capacidad de aprendizaje del alumno.

La repetitividad y la asimilación de las estructuras

La repetitividad está relacionada con la asimilación de nuevas estructuras. Las estructuras se pueden identificar con los modelos de frases (con la gramática desde el punto de vista aplicado) en el idioma que estamos aprendiendo. Estas frases son asimiladas como estructuras y son interiorizadas en la medida que las repetimos, las identificamos como estructuras y nos animamos a utilizarlas con seguridad y confianza.

Nuestro método repite de forma azarosa estructuras lingüísticas complejas que son asimiladas de forma subconsciente. Las frases son identificadas como estructuras del lenguaje y asimiladas. Con la repetitividad del proceso, el alumno sin intención de memorizar alcanza grandes avances. Se puede decir que este proceso tiene elementos en común al proceso en el cual un niño pequeño está viendo un vídeo de dibujos animados en la televisión. El niño es capaz de verlo de forma indefinida, una y otra vez, tanto un día y como al día siguiente. Este proceso provoca un efecto deductivo, entendiendo mejor y más el contenido del dibujo animado cada vez que lo ve, haciendo suyas las estructuras lingüísticas; al final el niño interioriza las estructuras y los contextos. Cuando la persona identifica contextos similares, en estos contextos le surgen las estructuras interiorizadas de forma espontánea, de forma automática, sin saber por qué. Esto provoca el desarrollo de su confianza (autoconfianza) y de forma automática el alumno empieza a utilizar las estructuras interiorizadas.

Teoría del flujo.

Fluir es lo que en el deporte de elite se denomina alcanzar el estado ideal en el que las cosas salen bien y salen seguidas una detrás de otra. El estado de flujo se basa en alcanzar un estado de entrenamiento y concentración en el que se realizan las cosas con alta calidad y eficacia. El flujo conlleva la idea de una concentración de la persona en el objetivo final con un nivel apropiado de tensión, ni mucha, ni poca y con un alto grado de confianza en uno mismo.

En estos estados se producen unos resultados extraordinarios, procesos eficaces y satisfacción por el rendimiento desarrollado, etc.

Un proceso formativo no deja de ser nada más que un proceso como otros cualquiera, en el cual el alumno debe de alcanzar el estado de flujo y provocar un aprendizaje acelerado. En un proceso formativo tradicional, el método se basa en  el aprendizaje mediante la memorización y esto provoca una saturación emocional que bloquea el aprendizaje, ralentizando el mismo. En estas situaciones el alumno se frustra al ser consciente de su lenta evolución y empieza a considerar que esta materia no es adecuada para él, y aparecen las famosas frases: “a mí no se me dan bien los idiomas”, “yo soy malo para los idiomas”.Pero la realidad es que esa persona, cuando era bebe, no tuvo ningún problema reseñable para empezar a hablar ( luego la verdad es que no se le dan mal los idiomas). En realidad, el alumno está sometido a un proceso formativo inadecuado donde los objetivos están por encima de sus capacidades  memoristicas convocándole tensión, frustración y saturación cerebral. Todo ello nos lleva a unos procesos de aprendizaje lentos y mediocres y con altas tasas de abandono.